Marionetas, a veces parecemos marionetas. Nos dejamos llevar por el ritmo de la vida, y nos hace incapaces de ver lo que tenemos a nuestro alrededor... y no podemos parar.
Debe de ser fantástico poder surcar los cielos, verlo todo, que no se nos escape nada. Tocar con nuestros finos dedos el tacto de las nubes, sentir que todo va bien y va a seguir estando bien por siempre, cerrar los ojos y poder descansar.